miércoles, 28 de febrero de 2007

EL FORMADOR

El formador es guía para el aprendizaje, para ello debe estar preparado, teniendo conocimientos teórico-práctico y una actitud crítica frente a como enseña y a partir de ello lograr desarrollar actitudes colaborativas e innovar su entorno, también es el nexo entre conocimientos y personas que deben aprender por ello debe estar preparado y capacitarse constantemente por que es un mediador social y propulsor de cambios, también poseer: conocimientos, habilidades, competencias, valores y compromiso social.
El formador debe expresarse claramente en forma oral y escrita, tener en cuenta el lenguaje corporal ya que muchas veces los gestos y/o expresión de rostro aducen el trato de una persona; ser asertivo; investigador de problemas actuales; preparado para la conducción y capacitación de grupos; ser buen oyente, por ser un principio para la buena comunicación, no ser un agente pasivo ya que su función no es de entender lo que dice la otra persona, sino de tener una respuesta adecuada en determinada situación; iniciar y mantener conversaciones para ello debe ser multifacético; debe dar a conocer lo que piensa y siente con toda seguridad para que las personas reflexionen y actúen satisfactoriamente en la realidad; afrontar críticas, percibiendo lo bueno y malo, también ser autocrítico para aprender de sus errores y aciertos; y tener la suficiente seguridad de lo que dice o hace así como también tener la humildad de reconocer sus errores.
El rol del formador deben ser: crear un ambiente de confianza, solo así podrá lograr que las personas se expresen libremente sin temor alguno, para ello la relación debe ser horizontal; promover la participación activa; utilizar un lenguaje sencillo y claro; poseer dominio de escenario; manejo adecuado de los temas a tratar; ser claro en los mandatos; recoger y sintetizar los aportes de los participantes, para ello utilizar papelotes, pizarras, etc. y escribir en forma ordenada y clara, mejor si es con letra imprenta; responder adecuadamente las preguntas; devolver la información recogida; ser claro al formular conclusiones y por último programar estrategias de animación, esta permitirá crear un clima de confianza y confraternidad durante todo el proceso educativo.
Las funciones del formador es explicar y conducir al grupo, eso engloba estimular la participación, por eso es importante tener la capacidad de acercarse a las personas, conocer la realidad de los participantes y las posibles dificultades que podrían presentarse. Se consideran las funciones más importantes: función moderadora; donde debe promover intervenciones en forma adecuada, explicar el desarrollo del proceso de clase, evitar las desviaciones del tema y administrar el tiempo necesario; función dinamizadora, que consiste en motivar, crear un clima de confianza utilizando estrategias, evitar conflictos en el grupo de trabajo, observar – analizar y orientar las tensiones y sentimientos, controlar el tiempo a cada pregunta y respetar los ritmos de los grupos y; función clarificadora y reforzadora, donde se aclara los objetivos y hacerles recordar cuando hay desvío de temas, dar a conocer la metodología a seguir, evitar malos y sobreentendidos, priorizar las intervenciones y reforzar los cambios inmediatamente.
La labor del formador es promover a desarrollar experiencias de aprendizaje para lo cual debe considerar tres factores fundamentales: Actitudinal, consiste en como se relaciona con los demás teniendo en cuenta la práctica de los valores; metodológico, sabemos que el aprendizaje resulta de la interacción continua de docente y alumno, donde a partir de ello se obtiene tres tipos de conocimientos: el que se tiene, el que se puede conseguir y el que se puede construir con los demás; y el aspecto de la información, por eso el formador juega un papel preponderante ya que no solo va transferir, mediar , facilitar conocimientos si no también promover actitudes positivas al grupo para ello debe estar seguro en lo que dice y hace. En lugar de estudiar la respuesta correcta, debemos estudiar todos los caminos especialmente desconocidos para llegar a lo propuesto, ya que todo proceso de aprender surge de la interacción con la realidad para volver en si misma. El formador debe promover cambios en su realidad, para ello debe ser innovador, promover nuevas formas de enseñanza – aprendizaje que garanticen el saber, el saber hacer, el saber estar y el hacer saber; por que es el único profesional que forma personas para la transformación de la sociedad, para lograr todo esto, el formador debe estar en constante cambio, capacitándose y actualizándose continuamente en función al avance de la sociedad.
El formador aprende de la práctica, eso indica que tiene aciertos y errores, y a partir de ello aprende no solo a adquirir, sino también a desarrollar nuevos conocimientos, solo así estará en la capacidad de orientar personas que tomaran el rumbo de nuestra sociedad; el hecho que un formador este en constante capacitación y actualización no indica que ya aprendió lo suficiente, si no que debe saber conducir su propio aprendizaje teniendo en cuenta el contexto donde se encuentra. Su formación debe reunir características como: tener rigor científico, debe ser sistemático, integral, enseñanza modular, debe ser permanente y tener un efecto multiplicador.
Se tiene la creencia de que para enseñar, lo único que se necesita es conocer lo que se enseña, grave error ya que no permite un desarrollo armónico, para evitar eso el formador debe manejar cuatro componentes básicos: Formación pedagógica, incluye conocimientos sobre técnicas didácticas, estructura de clases, planificación de enseñanza, teorías del desarrollo humano, procesos de planificación curricular, evaluación, cultura social e influencias del contexto en la enseñanza, historia y filosofía de la educación, aspectos legales de la educación, etc. ; formación en los contenidos disciplinares, el formador debe conocer el tema que enseña, partiendo de la premisa de que, si conocemos algo es para enseñar; el conocimiento didáctico del contenido a enseñar, que viene a ser la combinación adecuada entre el conocimiento de la materia a enseñar y el conocimiento de cómo enseñar; y por último el conocimiento del contexto, lo cual engloba, el dónde y a quien enseñar, es decir, el formador debe tener la suficiente capacidad de adaptar los conocimientos de acuerdo al contexto donde se encuentre.

RESPONSABLES:
CERRÓN ROJAS, Waldemar José
OROSCO FABIÁN, Jhon Richard

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